domingo, 18 de marzo de 2007

Mío, Mío, Mío ¡¡Miocardio!!

Cada artista pasa por diferentes etapas de relación con su obra, no solo con su producción en general de cada período, sino con cada una de sus obras en particular. Cada cual tiene su obra favorita, alrededor de la cual se tejen infinidad de sentimientos que están bañados de especiales momentos, apuestas y aprendizajes. Pero además, por temperamento y circunstancia (¡¡parece un título de una novela de Jane Austin!!) hay algunos que son tremendamente celosos con sus obras, mientras que otros las dejan crecer, andar por ahí, influenciarse, contaminarse y contaminar, abrirse a nuevas experiencias y sentidos. Los primeros no soportan que se digan de ellas nada que ellos no hayan pensado con anterioridad. Hay artistas que tratan a sus obras de una forma asfixiante, como si sus creaciones no pudieran ir mas allá de sus egos. Hace poco escuché a una artista decir “nadie puede entender mis obras mejor que yo. Y no me interesa nada que mis objetos sean entendidos de diferentes maneras, porque guardan un sentido bien definido”. Yo pienso que esta actitud es entendible, pero que no deja de ser horrible. Yo no sé si mis textos son obra, en realidad no me interesa mucho, pero me encanta que digan cosas que yo jamás pude imaginarme antes. Para mi una obra es una nave de exploración, como esas canciones que logran que quienes las oyen tengan infinidad de imágenes de su vida y sus deseos circulándoles durante semanas. Me encanta que cada cual, cada espectador, se haga su propia película. Que la obra sea un espejo en el cual pueda reflejarse y aprender de sí mismo. Las actitudes posesivas sólo hablan de un ego blindado y así nunca se llega al corazón de los demás. Elegí esta foto de ese artista hermoso que es Yamandú Rodríguez porque nos dice todo y no quiere explicarnos nada. Cada uno de nosotros se relaciona con esta imagen como le da la gana. Vi señoras escandalizarse con sus fotos. A mi me provocan una contemplación muy sensible. Me hablan de la desnudez, de la indefensión, del placer, de la soledad, de la adrenalina, de miles de cosas. Soy de las que se interesan por los statements pero se enamoran de las obras. Son maneras y maneras: mis ojos ven mas por el corazón que por el cerebro. Y mi corazón no suele llevarse bien ni con la posesión ni con los grandes egos. Gracias Yamandú por tu generosidad sin límites.