jueves, 8 de marzo de 2007

Se pueden hacer curadurias de arte como un CD para bailar

Las instalaciones de Leo Estol son multisensoriales y nos hunden en un mar de percepciones desatadas, en un clima que es todo lo contrario al desorden o el caos. Pareciera que las cosas y los objetos que elige van encontrando otras posibilidades de disiparse en el espacio de la galería. Pero hoy no quiero hablar de eso sino de otros aspectos de Leopoldo que son los de curador y dancer. De todos los artistas que recuerdo que se metieron con la curaduría, creo que Estol fue el mas sacado. Y creo que esto se debe a que existe una profunda conexión entre Leo como bailarín y como curator. Leo actúa como un DJ eligiendo canciones para remixar y hacer sonar en esa nueva pista de baile que pueden ser hoy las galerías, pero favorece los temas que él quiere bailar. En Rápido y Furioso su elección fue cero casual: Leo se decidió por artistas y obras que lo inspiraran para obras suyas posteriores. Para hablar de una muestra que no es de Leo, no pude ver Oto por otros, pero me da la impresión que esa muestra era todo lo contrario: no importaba tanto la tarea del curador sino convertirlo a Oto en modelo personal, en composición tema Oto. Eran todos artistas, sin críticos y el artista era propuesto como elemento de una obra de arte. En cambio no puedo dejar de imaginarme Rápido y Furioso como uno de esos CD de maravillosos temas remixados que grabamos y tenemos siempre en el bolsillo cuando vamos a una fiesta y que nos definen perfectamente pero también es la selección de música exacta que queremos bailar.
La muestra fue un lujo, pasó en Alberto Sendrós y expusieron Gabi Forcadell, Luci Lamothe, Cecilia Szalkowicz, Eduardo Costa, Alberto Goldenstein, Marcelo Galindo, Tiziana Pierri, Diego Bianchi y Dani Joglar, que ahora está exhibiendo en Recoleta una obra imperdible. Si estos días estuvimos hablando de artistas que piensan musicalmente, para mí Estol presenta esta superposición furiosa de artista en actividad curatorial con la estrategia de un power dancer.

PD:
Quiero decir también que en el bailar hay algo físico que en la música se resuelve de otra forma. Si bien se trata de cosas muy distintas, es evidente que música y baile hacen un par. Esto es evidente. Lo que no es para nada evidente para la mayoría pero sí para mí es que se pueden construir otros pares que son tan intensos y complementarios como el primero. Si sueño con el futuro del arte sueño con llevar más y más lejos esta tarea de hacer ver que se pueden y se deben construir muchos pares no evidentes para que las percepciones que tenemos nos hagan viajar de otras formas. No me gustan demasiado las curadurías con artistas muy iguales, con conceptos muy cerrados. Lo que tuvo de potente Rápido y Furioso y que hace que tanto tiempo después tenga ganas de escribir sobre ella es que nada era evidente, sino que todo estaba propuesto para generar nuestro propio espacio mental de relaciones entre obras. Gracias Leopoldo por esas muestras inolvidables.