viernes, 24 de agosto de 2007

El más florido de mis días

Hay días que los días se parecen mucho a ciertas obras. Y esto lo puedo tratar de entender de muchas formas. Por ejemplo: todos tenemos un día muy Paul Klee. Y también tenemos otros días muy Raquel Forner. Y otros que tienen todo el sabor de ser muy Josefina Robirosa. Tengo semanas enteras que son recontra Adri Minoliti (adoro mis semanas Minoliti y ya escribí sobre eso). Tengo meses Leo Estol. Podría seguir. Lo genial es que algunos días Marta Minujin no se parecen nada a otros días Marta Minujin, tuyos o míos. Por ahí vos tenés días Minujin que son completamente diferentes a mis días Minujin. Es lógico que sea así: tu relación con la obra de Cecilia Szalcowicz es sin dudas absolutamente diferente a la mía. Hay días en los que me levanto queriendo ser Yanina Szalcowicz. Y otros días en los que adoraría recuperar las sensaciones que su obra me transmite. Todo esto lleva a otras multiplicaciones. Los calendarios están llenos de arte. Y nuestras vidas más aún.

Hoy me levanté con un día muy Estanislao Florido. Y no saben lo bueno que está. Veo todo como si fueran sus pinturas.
Desayuné en “La Traviata”, en la esquina de casa y me puse a charlar con un mozo precioso del que todavía no conozco el nombre. Además de ser simpático se hace el simpático conmigo y aventura tímidos piropos minimal. Entonces empecé a anotar en mi cuaderno que Estanislao hubiera podido pintar perfectamente lo que me pasa. Estanislao es un pintor minucioso, pero todas sus figuras están un poco esfumadas. Como fuera de foco. ¿¿Se acuerdan del personaje de esa película de Woody Allen que está fuera de foco?? Pero no tanto. Un poco menos. Y en su técnica (en sus esmerados puntitos de colores, como si llenara el cuadro de pecas psicodélicas) manifiesta un delicado y esmerado desgano. Todo esto da una combinatoria riquísima, que hace que yo quiera vivir muy intensamente mis días Estanislao Florido.
Volvía a casa y las veredas se pusieron tremendamente Estanislao. Me imaginé de repente qué bueno sería si los urbanistas de Buenos Aires le encargaran a Estanislao diseñar todo un barrio. ¡¡Yo viviría en el barrio Florido!!
Está rebueno no saber cuánto tiempo convivirás con esa sensación. ¿¿Será mañana otro excelente día Florido?? ¿¿Cuándo volverán los días Florido??
Nunca se sabe.
Por eso hay que disfrutarlos a pleno.

Ser una Florido’s girl por un buen tiempo es de lo mejor.