lunes, 22 de septiembre de 2008

Sacá a la sensibilidad del patio trasero de la historia y la filosofía

La realidad es como la ves vos y vos y vos. Nunca creí en algo que estuviera afuera de las miradas tuya y tuya y tuya. El arte es reindispensable porque sensibiliza eso. La percepción no tiene por qué ser sensible. Los sentidos a veces actúan mecánicamente. La sensibilidad es algo como un trabajo sobre los sentidos. Empieza con la intuición, pero se va alimentando de un montón de cosas. Nuestra sensibilidad cambia todo el tiempo.


Laura Donadini usa la realidad. Porque esa es la cuestión: o la realidad te usa o vos la usás. Es lo que pasa siempre. El arte puede servir para que nos inventemos una realidad paralela a la que llamamos fantasía. Pero también nosotros podemos mezclar todo. Usar nuestras fantasías para internarnos en lo real. O no. Pasar la realidad por el filtro de nuestra sensibilidad. Hacer que la simple información de una noticia o un relato adquiera una naturaleza.


No me gusta el arte que copia a los noticieros. Ni a las pancartas políticas. Salvo excepciones, claro. Pero sí me gusta mucho cuando una mirada sensible se posa sobre lo que sucede a una sociedad. Es una forma de contribuir a otra mirada de los hechos. Precisamente, más sensible.


Leo textos de arte y noto que todo se limita a un relato histórico o filosófico. Nunca habla la sensibilidad, sino el discurso de la historia o el de la filosofía que relegan lo sensible a un patio trasero. Noto que los que escriben sobre arte necesitan demostrar que leyeron libros de filosofía y de historia. Son pocos los que se animan a decir lo que ven y sienten. Porque una cosa es haber leído un montón y usar todo eso que leímos para ver. Eso está bueno. Pero lo que más abunda es gente que ve una imagen o una obra, no saben qué decir y corren a los libros a ver qué pueden extraer. Es recontra aburrido. Ufffffffffffff.