martes, 4 de agosto de 2009

Impávido y emocionado, precioso

La primera vez que escuché el nombre de Itamar Hartavi me sonó a Las Mil y Una Noches. ¡¡Qué mal que estoy con los idiomas!! Pero igual me transportó, me sonaba musical y de otro planeta.
Sus pinturas, en cambio, me resultaron urgentes. Como de alguien que necesita o le sale demostrar que se encoje de hombros pero en realidad está demasiado interesado por el proceso de su aprendizaje.
Porque su pintura es un sampler de estados de ánimo que en su espontaneísmo demuestra mucho oficio. Hay toda una generación de ilustradores internacionales que se valen del arsenal de la gestualidad pictórica (siglos de oficio) para modelar personajes que podrían pertenecer a un buen comix alternativo.


Pero no me da la impresión de que Itamar venga de ahí o se dirija para ese lado. Sigo sintiendo lo mismo, que arquea sus comisuras para señalarnos una sinceridad que posee de otra forma. Su sinceridad, eso que podríamos llamar "existencial", su apego a esquivar los juegos mentales que no impliquen su vida de manera directa, está debajo de su modo de situarse frente al pintar.
Nunca lo vi, no vi ni siquiera un foto suya, pero me gusta imaginármelo.
Me acuerdo cuando entré a Appetite y vi a ese muñecote impávido con su bandera que exhibía la palabra BOLUDO en gran tamaño.


Se supone que hago todo lo que nos e debe hacer. Que es imaginarme cosas en vez de escribir sobre lo comprobable.
Lo siento. Precisamente me interesa el arte porque me atrapa lo incomprobable.
Si me dejo seducir por una obra es porque no necesito ninguna confirmación.
Hay algo triste en sus pinturas. Estan esos colores bajoes y esa pincelada que se sale de curso y nos mantiene en la incertidumbre, el descuido que no lo es en absoluto.
Las obras te provocan algo o no.
Bueno, Itamar me provoca.


Hay seres de pesadilla y otros que rondan en los límites de las pesadillas. No me refiero a las simpáticas criaturas dark de Tim Burton. No, sino a algo menos maniqueo y contrapuesto. El limbo nunca me pareció neutro.
Es una zona que puede ser hard en su fábula.
Como estas imágenes.